Rita Hayworth en "los amores de Carmen":
Hermanito de mi corazón,
que tú sabrás que me estoy muriendo,
y te pido y te encomiendo
que llames a un escribano,
también a mi primo hermano.
Quiero hacer testamento,
con esos payos con fundamento,
apúntame usted señor escribano,
apúntame usted señor escribano.
Lalalu, lalalu, lalalu, lalalu, lalalu.
Apúnteme usted una cortina
que por “ca” agujero cabe una vecina;
apúntame usted señor escribano.
Apúnteme usted una escopeta,
que no tiene llave, cañon ni baqueta;
apúntame usted señor escribano,
apúntame usted señor escribano.
Lalalu, lalalu, lalalu, lalalu, lalalu.
Lalalu, lalalu, lalalu, lalalu, lalalu.
Apúnteme usted un olivar,
que no se ha sembrado ni se sembrara;
apúntame usted señor escribano.
Apúnteme usted un cuadro “rompío”
que ya ni se sabe el santo que ha “sio”;
apúntame usted señor escribano,
apúntame usted señor escribano.
Apúntame usted señor escribano:
cubiertos de oro,
cubiertos de plata,
mantones bordaos,
espadas de acero,
capas de mi,
copas de vino,
una noble gitana que
mucho me quiera.
Lalalu, lalalu, lalalu, lalalu, lalalu.
Lalalu, lalalu, lalalu, lalalu, lalalu.

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